Entrevista realizada el 18 de septiembre por Joaquín Symonds.
1- ¿Como accediste al pasaporte y por qué?
Me mudé a Uruguay en 2019 con mi esposa y mi hijo. Estábamos buscando un país estable, democrático, seguro y con fortaleza económica para vivir. De hecho, llegué en octubre de ese año. Soy abogado, con licencia para ejercer en Massachusetts, pero quería una vida mejor. En ese momento no estaba conforme con el rumbo de la política en Estados Unidos. Resultó que estábamos en un país excepcional para atravesar la crisis del COVID que golpeó en marzo del año siguiente. Estuvimos y seguimos estando agradecidos de haber estado en Uruguay y de haber hecho de Uruguay nuestro hogar.
Cuando se cumplieron los tres años que permiten pasar de la residencia permanente a la ciudadanía, empecé el trámite. Me hice ciudadano el 27 de diciembre de 2023. Ya venía trabajando desde hacía tiempo en el tema de la ciudadanía legal y la nacionalidad en Uruguay, y también me dio orgullo sumarme al grupo de ciudadanos legales como uruguayo, y no solo como residente. Solicité el pasaporte poco después de hacerme ciudadano y recibí el primero, aquel que no funcionaba y que me marcaba como “extranjero”, en abril de 2024.
Para mí, obtener el pasaporte no era esencial en el mismo sentido en que lo es para tantos ciudadanos legales. Yo puedo viajar fácilmente con mi pasaporte estadounidense. El pasaporte es un símbolo, una forma de identidad, un indicador de que uno es verdaderamente uruguayo. Uruguay le muestra al mundo que los ciudadanos legales “pertenecemos” al país y que nuestra lealtad está con la nación que elegimos integrar y apoyar.
2- ¿Tengo entendido que, con el pasaporte que no tiene lugar de nacimiento, buscas ingresar a los países que supuestamente no lo aceptan. Por qué?
Sí. Mi idea es demostrar que al salir de la Unión Europea y volver a entrar por países que supuestamente no aceptan el nuevo pasaporte, va a quedar claro que la preocupación estaba sobredimensionada, que tenía solución y que no era tan grave como el “ruido” en Uruguay nos quiso hacer creer.
En parte gracias a lo publicado en Montevideo Portal, hoy supimos que Estados Unidos y Canadá aceptarían el nuevo pasaporte uruguayo que identifica correctamente a los ciudadanos legales como “Ciudadanos del Uruguay”, acompañado de un documento adicional de identificación. Francia, tengo entendido, estaba cerca de cerrar un acuerdo con Uruguay, probablemente para hacer algo similar para quienes necesitaran más que una simple estadía como turistas. Alemania y Japón, estoy convencido, habrían llegado a acuerdos parecidos si el presidente Orsi se hubiera mantenido firme y defendido la decisión que el Estado uruguayo ya había tomado de emitir el nuevo pasaporte para garantizar derechos humanos y brindar libertad de movimiento y seguridad a los ciudadanos legales.
Va a ser un buen experimento, por lo menos, y voy a reingresar primero por Alemania.
Si llega a fallar, con gusto voy a informar a todos que efectivamente no funcionó para una entrada ordinaria. Por supuesto, si la embajada alemana lee esto antes del experimento, podrían dar instrucciones específicas para que no funcione. Pero el experimento no es lo importante, sino el punto de fondo.
El tema de cómo identificar el lugar de nacimiento nunca fue lo crucial. Eso se podía resolver, por ejemplo, presentando la cédula cuando hiciera falta. Lo único que pedíamos los ciudadanos legales era que el campo de “nacionalidad” se cambiara a “nacionalidad/ciudadanía” y que el pasaporte funcionara conforme a las normas internacionales, permitiendo viajar sin miedo, sin tener que conseguir visas imposibles para nacionalidades que ya no tenemos o quizá nunca tuvimos, y sin que nos separaran de nuestras familias en aeropuertos y fronteras, como pasaba con el pasaporte viejo, sobre todo cuando la nacionalidad de los hijos y la de los padres ciudadanos legales era distinta.
3- ¿Qué te pareció la decisión de Uruguay con respecto a la marcha atrás que implica sacar volver a poner el lugar de nacimiento?
Uruguay no se limitó a volver a poner el lugar de nacimiento. Eso, en realidad, es irrelevante. Uruguay revocó el nuevo campo de nacionalidad/ciudadanía que identificaba a los ciudadanos legales como ciudadanos uruguayos, haciendo que el pasaporte funcionara.
Los pasaportes deben tener un código del país que los emite, en este caso URY para Uruguay, y luego los países emiten esos pasaportes a sus ciudadanos, que también se identifican como URY. En cambio, Uruguay asignó de forma arbitraria y falsa el lugar de nacimiento como nacionalidad, sin verificar siquiera que existiera tal nacionalidad. Además, Uruguay no tiene derecho a emitir pasaportes en nombre de otros países que digan que el pasaporte uruguayo se entrega a alguien que Uruguay decidió, por sí solo, que es nacional de ese otro país. Es absurdo.
¿Podía Uruguay simplemente volver a poner el lugar de nacimiento? Sí, claro, adelante. Pero el presidente Orsi nos quitó el único cambio importante: que el campo de nacionalidad/ciudadanía dijera URY para todos los ciudadanos. Y por supuesto lo hacía, como estoy seguro viste en investigaciones que muestran que todos los ciudadanos eran uruguayos y no extranjeros en todos los pasaportes que Uruguay emitió antes de 1994. Esto fue un cambio de 1994, no una práctica de larga data en el país.
Me gustaría saber por qué el gobierno uruguayo en 1994 empezó con la práctica de asignar nacionalidades falsas a los ciudadanos legales basándose únicamente en el lugar de nacimiento. Así que me da lo mismo que el campo de lugar de nacimiento esté o no en el pasaporte. El problema es que el campo de nacionalidad/ciudadanía indique uruguayo. Eso es todo.
4- ¿Cómo es tu activismo con respecto a los pasaportes y cómo te enteraste de la situación en Uruguay?
Me enteré de la negación de la nacionalidad uruguaya y de los pasaportes ineficaces cuando me mudé a Uruguay como residente. A mi esposa le emitieron la cédula con una nacionalidad falsa. Ella es ciudadana estadounidense —además de ciudadana uruguaya ahora—, pero nació en Alemania. Alemania no otorga nacionalidad por nacimiento. El Estado uruguayo se negó a registrarla como ciudadana de Estados Unidos en 2019, a pesar de que contaba con el certificado consular de nacimiento en el extranjero emitido por Estados Unidos.
Dado que son muy pocos los países en el mundo que reconocen la nacionalidad por lugar de nacimiento, ¿te imaginás cuántas veces repite este error Uruguay? Es, otra vez, un absurdo. Hasta el día de hoy, cada documento oficial o legal que firma en Uruguay la declara falsamente como alemana. Su pasaporte anterior, antes de la reforma, también la listaba como alemana. Alemania no debería tomarse a la ligera que Uruguay asigne falsamente su nacionalidad y la imprima en pasaportes internacionales.
Pero esa no es la razón por la que soy activo en este tema. Lo soy porque se trata de un asunto de derechos humanos. Trabajé con el equipo de Somos Todos Uruguayos redactando el material de informes como abogado internacional para presentarlo ante la CIDH en la audiencia extraordinaria del 1 de marzo de 2024 en Washington D.C. Todo eso está disponible en
https://www.cidh189nacionalidad.uy/
una página web que mantengo. Espero que vos y otros puedan revisar las cientos de páginas de documentos jurídicos internacionales y la verdadera historia de los pasaportes en Uruguay.
Además, publiqué un artículo en Estados Unidos sobre la verdadera metodología constitucional uruguaya que debería aplicarse al tema de la nacionalidad. Está disponible aquí y fue publicado tanto en inglés como en español:
https://www.asmc.uy/publications
Este es un tema de identidad, de justicia, de evitar la apatridia y los riesgos de apatridia. Es un tema de que Uruguay cumpla con sus tratados internacionales, casi todos vinculados al derecho a la nacionalidad en diversos instrumentos de derechos humanos. La propia Convención Americana garantiza este derecho. Y la Resolución 2/23 de la CIDH señala que todos los Estados deben ejercer control de convencionalidad para asegurar que los residentes de largo plazo —ni qué hablar de las personas apátridas— tengan un camino hacia la nacionalidad.
Uruguay no está a la altura de sus ideales democráticos, ni de su propia historia. Cada día transmite que los inmigrantes son bienvenidos, pero que esta tierra nunca será su hogar. Que son huéspedes, pero que nunca serán adoptados en la familia. Es un error en el plano internacional, es un error histórico y es un error práctico, porque destruye cualquier deseo de los inmigrantes de hacer verdaderamente de Uruguay su casa, justo en el mismo momento en que el país pierde población y enfrenta una crisis previsional.
Justicia y practicidad. Historia y futuro.
5- ¿Se han contactado uruguayos contigo?
Por supuesto que los uruguayos están en contacto conmigo. Sigo siendo un miembro activo de Somos Todos Uruguayos. Cada semana recibo comentarios positivos sobre mis esfuerzos por dar visibilidad a este error del Estado uruguayo.
Pero lo más importante es que me estoy preparando para trabajar con abogados locales en Uruguay, habilitados para ejercer allí, con el fin de agotar todas las vías jurídicas internas para remediar esta situación. Espero que esos intentos sean todos rechazados, ya que hasta ahora el Estado uruguayo no ha hecho más que repetir el mantra de Justino Jiménez de Aréchaga como si fuera un talismán mágico de 1944, según el cual solo los ciudadanos naturales son nacionales.
Me he ofrecido a representar a un grupo de ciudadanos legales uruguayos —aún por determinar— que sirva de caso representativo del problema general, y presentar una denuncia ante la CIDH. Si la Comisión considera que la denuncia tiene mérito, lo cual espero plenamente en base a la jurisprudencia y a la Resolución 2/23, y si el Estado uruguayo sigue negándose a cumplir, entonces representaré a esos ciudadanos legales si el caso debe ser elevado de la Comisión a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Quiero dejar en claro que estas opiniones son mías y no hablo en nombre de Somos Todos Uruguayos, la organización. Este tema no va a desaparecer. Uruguay está del lado equivocado de su propia historia, del lado equivocado de sus mejores tradiciones y valores, y del lado equivocado del derecho internacional.
Puede ser. Pero la pregunta es: para esos aproximadamente 1300 de nosotros a quienes se nos expidió con orgullo el pasaporte que dice nacionalidad/ciudadanía uruguaya para todos los ciudadanos, ¿ese pasaporte funciona? Sabemos que para los llamados nacionales uruguayos, aquellos que en el último pasaporte que en realidad es el anterior, el que no cumplía con la normativa, llamémosle el primer pasaporte de esta serie tienen nacionalidad uruguaya, funciona. Pero ese pasaporte, el emitido antes de abril, era justamente el problemático para los ciudadanos legales, porque el código del Estado emisor y el de la nacionalidad no coincidían.
El argumento fue que el segundo pasaporte, el de abril a julio, no iba a ser aceptado por Alemania, Japón o Francia. Sin embargo, sigue vigente y en circulación. Así que hay que ver si funciona. Y ahora tenemos el tercer pasaporte, desde julio, que es simplemente una vuelta completa al primero.
De nuevo, el problema nunca fue el campo de lugar de nacimiento. Ese dato es opcional según la OACI, aunque los ciudadanos legales jamás pidieron que se eliminara. El único tema, en realidad, es que en el campo de nacionalidad/ciudadanía debe figurar uruguaya para todos los ciudadanos.
Yo creo que el segundo pasaporte sí habría funcionado. El presidente Orsi cedió a la presión interna y a las amenazas externas antes de que concluyeran las negociaciones sobre ese pasaporte. Ahora es cierto que hay factores que complican la situación, pero de todas formas lo voy a probar y después les contaré el resultado.
También me olvidé de explicar qué estoy haciendo en Viena, algo que muchas veces aparece en las quejas xenófobas o anti-extranjeros que recibo mientras trabajamos por la justicia. Estoy terminando un tercer máster y ya concluí mi tesis sobre la Resolución 2/23, el derecho interamericano de los residentes de largo plazo no solo a ser ciudadanos sino también nacionales, y cómo se compara con Europa. Estoy acá para profundizar mi formación, pero también para difundir lo más posible, en el contexto europeo, lo que Uruguay hace al negar derechos a sus ciudadanos legales.